martes, 20 de octubre de 2009

El gozo que Jesucrito nos trae

Cuando leemos el capítulo 2 del evangelio según Lucas, no podemos dejar de notar un factor predominante: la presencia de gozo y paz, los cuales se desbordan en expresiones de alabanza y gratitud.

El ángel declara a los pastores que traía nuevas "de gran gozo" (v. 10). Inmediatamente aparece una multitud de ángeles "alabando a Dios" (v. 13). Los pastores, después de ver al Mesías en el pesebre, regresan "glorificando y alabando a Dios" (v. 20). Simeón recibió paz al ver finalmente al Cristo esperado (v. 29, 30). Ana "daba gracias a Dios" en el templo (v. 38).

¿Cuál es el motivo de todo este gozo, de toda esta alabanza y gratitud? La respuesta es: ¡la presencia de Jesús, el Cristo, el Mesías, el Salvador! ¿Puedes sentir este gozo? ¿Puedes compartir estas alabanzas?

Señor, permite que mi corazón también se alegre y goce en Jesús, y te alabe por su venida a este mundo. Permite que mi alma se llene de paz y esperanza, al recordar que en Jesús tenemos la máxima expresión de tu buena voluntad para con los hombres. Haz crecer en mí, en mi familia, una fe real, sincera, santa, gozosa, en Tu Hijo Jesús. Amén.

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Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios. Hebreos 6:7