lunes, 24 de mayo de 2010

Pablo: Ejemplo de una vida centrada en el Evangelio

Quizás Oswald Chambers nunca escuchó ni habló acerca de "La Vida Centrada en el Evangelio", al menos no con esas palabras exactas o con la intención de por ejemplo, Jerry Cross. Sin embargo, leyendo a través de su libro, En Pos de lo Supremo, creo que se puede notar semblanzas de esta enseñanza que considero bíblica y fundamental para vivir la vida cristiana por fe. Veamos un ejemplo tomado del mencionado libro de Oswald Chambers (frases en negritas resaltadas por mí):


El amor de Cristo nos constriñe... 2 Corintios 5:14

Pablo dijo que estaba dominado, sometido y sujetado como en una prensa, por el amor de Cristo. Muy pocos de nosotros sabemos realmente lo que significa ser asidos en un apretón del amor de Dios. Con frecuencia nuestra tendencia es a ser controlados por nuestra experiencia personal. Pero lo único que tenía sujeto a Pablo, con exclusión de todo lo demás, era el amor de Dios...

... Es lo único importante y, sin embargo, es extraño que es lo último que los obreros cristianos comprendemos. Pablo dijo que estaba asido por el amor de Dios y por eso actuaba como lo hacía. No le importaba si la gente lo calificaba de loco o cuerdo... La sumisión total al amor de Cristo es el único propósito que producirá fruto en tu vida, y siempre dejará la huella de la santidad y el poder de Dios, sin llamar nunca la atención hacia tu santidad personal.


Considero estas palabras una manera diferente de hablar sobre vivir centrados en el Evangelio, no en nuestro desempeño como cristianos. Creo que siempre será importante resaltar la verdad de que lo único que podrá producir el verdadero fruto de la santidad es nuestras vidas, es poner nuestra mirada en el amor de Dios expresado en el Evangelio, y no en nuestros esfuerzos por vivir en rectitud.

Nota de aclaración: En este blog he colocado varias citas de Oswald Chambers. Específicamente, de su libro En Pos de lo Supremo. Sin embargo, quisiera comentar que es un libro que debe leerse con discernimiento. Por momentos, me parece que Oswald Chambers enseña lo mismo que el movimiento de la Vida Superior (o Higher Life movement). Sin embargo, algunos de los capítulos de este libro proveen de buen material para la reflexión bíblica. Simplemente recomendaría que Oswald Chambers debe ser leído con cierta precaución.


viernes, 21 de mayo de 2010

¿Que le traes a Dios?

Traigo algo en mis manos


Dios no quiere que vengas a Él con las manos vacías.
No, no puedes venir a Él lleno de ti mismo,
y no puedes venir a Él basado en tu historial
y no puedes usar tu desempeño como una recomendación.
No, no puedes venir a Él basado en tu familia,
tu personalidad,
tu educación,
tu posición en la vida,
los éxitos que has tenido,
las posesiones que has acumulado,
o la aceptación humana que has ganado.
Pero Dios requiere que vengas con tus manos llenas.
Él requiere que le traigas el más dulce de los sacrificios,
el sacrificio de las palabras,
Él te llama a traer la ofrenda de Oseas.
"Vuelve, oh Israel, al SEÑOR tu Dios,
pues has tropezado a causa de tu iniquidad.
Tomad con vosotros palabras,
y volveos al SEÑOR.
Decidle:
Quita toda iniquidad,
y acéptanos bondadosamente,
para que podamos presentar el fruto de nuestros labios."
Dios no quiere que vengas a Él con las manos vacías.
El pide de tu un sacrificio.
No una ofrenda de cereal,
no un cordero o un toro.
No, ese requisito ha sido satisfecho
por la sangre del Cordero.
Con todo Dios te pide un sacrificio
Es la ofrenda de palabras,
palabras de humildad,
palabras de honestidad,
palabras de franqueza,
palabras que solo puede ser habladas,
por alguien que descansa en la gracia.
Palabras de confesión es lo que debes traer.
Pon palabras,
libres de negociación o excusa,
En Su altar de gracia,
y recibe perdón y limpieza.
Descubre tu corazón,
expuesto por palabras, y di:
"nunca más diremos: "Dios nuestro"
a la obra de nuestras manos,
pues en ti el huérfano halla misericordia".
El requiere de ti lo que David voluntariamente hizo,
Ven con palabras,
es el camino de la gracia,
es el camino de la libertad,
es el camino a Dios.


Tomado y traducido de Whiter than Snow, de Paul Tripp. Dios nos muestre que es lo que pretendemos traerle como ofrenda, y refine nuestro corazón.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Jesús es el hombre que venció toda tentación (Parte Final)

LA TERCERA TENTACIÓN – ¿QUIÉN MERECE LA GLORIA (MATEO 4:8-11)

Sin duda alguna, esta se puede considerar como la tentación más atrevida de las tres, pues va acompañada de una gran mentira. Satanás lleva a Jesús a un monte muy alto, le muestra los reinos del mundo y su gloria, y como si fueran suyos, se los ofrece a cambio de que el Señor se postre y lo adore.

Ciertamente, la Palabra habla de Satanás como el dios de este siglo y de este mundo. Pero lo dice, no porque Satanás sea el dueño de todos los reinos, sino por que la humanidad entera está entregada al pecado, siguiendo la corriente establecida por el diablo, esclavizados al pecado, y cegados por Satanás.

Pero con todo, este mundo sigue siendo de nuestro Dios y Rey, Él sigue gobernando muy por encima de Satanás y los gobernantes de la tierra, y son sus propósitos y sólo los de Él los que se cumplen en cada vida y en cada lugar, sin que ninguno de ellos sea frustrado.

Aquí vemos que se cumple una vez más lo que Jesús dijo del diablo: que es mentiroso, y padre de mentira. Satanás quiso tentar a nuestro Señor a que amara y deseara los reinos de este mundo más que a Su Padre, que dejara de satisfacerse en la relación que tenía con Él, de tal manera que cambiara al merecedor de toda la gloria, la honra y la adoración, por aquel que no la merece.

Creo que es irónico que Satanás tentara a Jesús con algo que ya era de Él. Sin embargo, y en cierta forma, lo mismo hizo con Adán y Eva. Satanás apeló a la formación de orgullo y vanidad en sus corazones: “sabe Dios que el día que comáis de él… seréis como Dios… Y vio la mujer que el árbol era… árbol codiciable para alcanzar la sabiduría”.

Es triste que Adán y Eva cambiaran la verdad por la mentira, pues fueron tentados a codiciar algo, que en cierta forma, ya poseían. Ellos fueron creados a imagen de Dios, de tal manera que tenían todos aquellos atributos comunicables de Dios: personalidad, amor, inteligencia, pero se engañaron al pensar que podían llegar a ser iguales a su creador. A ellos se les había dado el dominio de la tierra, para que la trabajen y la cuiden, y sin embargo desearon más. Ellos tenían la fuente de toda sabiduría: la misma Palabra de Dios, pudiendo escucharla en la presencia misma de Dios, y sin embargo codiciaron pensando que el árbol era bueno para alcanzar sabiduría…. Cambiaron a Dios, el único que merece toda la gloria, la honra y la adoración, y colocaron al hombre como el objeto de la adoración.



Pero Jesús rechazó a Satanás, declarando la verdad suprema y eterna, del único y sublime propósito para el cual todo, incluyendo al hombre, fue creado: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”. Cuan glorioso es Jesucristo, que venció toda tentación, convirtiéndose para nosotros en el segundo Adán, y en el primogénito del verdadero Israel.

LO QUE JESUCRISTO LOGRÓ PARA NOSOTROS AL VENCER A SATANÁS

A veces, cuando leemos este pasaje, fallamos en ver lo glorioso que Jesucristo se muestra a nosotros al vencer toda tentación. Muchas veces pensamos que la obra de nuestra salvación sólo implicó el sufrimiento y muerte de Cristo en la cruz. Pero la Escritura nos enseña que la obra de salvación iba más allá de la muerte y resurrección del Hijo de Dios. Podemos aprender que, al vencer toda tentación:

I. Jesús proveyó de una justicia perfecta, cumpliendo todas las demandas de Dios:

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Romanos 5:12, 18, 18

II. Jesús logró presentarse al Padre como el sacrificio perfecto.

La vida y muerte de Jesucristo constituyen ese sacrificio glorioso y único, por medio del cual todos nuestros pecados son perdonados, limpiados y lavados. Lo que en tiempos antiguos la sangre de corderos y otros animales no podían hacer, fue en Jesucristo realizado de manera suprema y gloriosa. Lo que los sacerdotes de la religión judía no tenían, perfección para presentar al pueblo de Israel delante de Dios, Jesucristo sí lo tuvo.

8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; 10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Hebreos 5:8

26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; Hebreos 7:26

23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. Hebreos 9:23-28.

III. Jesús se nos muestra como el ejemplo de una obediencia perfecta.

IV. Jesús se ha convertido en nuestro abogado perfecto.

1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1 Juan 2:1

Sólo Cristo puede presentarse al Padre para abogar por nosotros. Nadie más.

Isaías 1:18 - si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

CONCLUSIONES


Todos nosotros necesitamos de la justicia de Cristo que sólo se puede recibir por la fe. Así como Adán y el pueblo de Israel fallaron en una obediencia perfecta a la voluntad de Dios, nosotros también fallamos. ¿Quién de nosotros puede decir que ama a Dios con todo su corazón, mente y fuerzas? Es necesario recibir por fe la justicia de Cristo, para que puedas pasar por el fuego del juicio de Dios.

He aquí en qué consiste la grandeza y gloria del sacrificio del Señor Jesucristo: No hay pecado u ofensa a Dios que sea tan grande, que no pueda ser lavada y limpiada por la preciosa sangre de Jesucristo (Isaías 1:18).

Creyente: vive delante del señor como lavado en la preciosa sangre de Jesucristo (1 Pedro 1:18-19) Sigue el ejemplo de Cristo, recuerda que Él conoce tu condición, y te comprende perfectamente (Heb. 2:18).

Si has pecado, recuerda que Cristo está en la presencia del Padre, como tu abogado.

NUNCA DEBEMOS PONER NUESTRA CONFIANZA EN NUESTRA JUSTICIA, NI EN NUESTRO DESEMPEÑO.

EN NUESTRA SALVACIÓN SE CUMPLE AQUELLOS DICHOS DE LA REFORMA: SOLO CRISTO, SOLO A EL LA GLORIA

martes, 11 de mayo de 2010

Jesús es el hombre que venció toda tentación (Parte - 3)

LA SEGUNDA TENTACIÓN – PONER A PRUEBA LA FIDELIDAD DE DIOS (MATEO 4:2-4)

Satanás no pudo hacer que Jesús desconfiara o dudara de la veracidad de la Palabra de Dios. Intentó utilizar el momentáneo padecimiento de hambre de nuestro Señor para procurar que Cristo se olvidara del Padre, y se procurara por sí mismo su alimento. Al ver que no lo logró, ahora intenta hacer que Jesús pruebe a Dios, para ver si es verdaderamente fiel, como decía creer.

Y observemos su estrategia: primero lleva a Jesús a la parte más alta del templo en Jerusalén, y le cita un texto de la Biblia. La especialidad del diablo es distorsionar la Palabra de Dios, cambiar lo que Dios ha dicho a tal grado que entendamos exactamente lo opuesto a lo que en realidad Dios ha declarado.

Fue exactamente lo mismo que hizo en el jardín del Edén: cambiar, distorsionar la Palabra de Dios: “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis del todo árbol del huerto?”

En la primera tentación, se intenta poner en duda la Palabra de Dios, buscando olvidarse de Él y procurarse por uno mismo lo necesario para nuestra situación. En esta tentación, se busca desconfiar en la Palabra de Dios, reclamándole a Dios que nos de una prueba de que va a cumplir lo que nos ha dicho. Satanás incita también a obtener un falsa confianza, pensando que Dios nos debe dar algo que no ha dicho que nos daría.

¿Y cómo respondió Jesús a esta tentación? “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios” (v. 7). Jesús en este momento está citando Dt. 6:16, completo dice: “No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentaste en Masah”. De allí sigamos la referencia al episodio en Masah en Éxodo 17:1-7

1 Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. 2 Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? 3 Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. 5 Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. 6 He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. 7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?




jueves, 6 de mayo de 2010

Jesús es el hombre que venció toda tentación (Parte - 2)

La primera tentación - desconfiar de la Palabra de Dios

"Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: "NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE, SINO DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS." Mateo 4:2-4

Para entender el significado de estos versículos, es necesario que nos hagamos la pregunta: ¿en qué consistía exactamente la tentación? ¿Cuál es el pecado al que Satanás quería hacer caer a Jesús?
La Palabra de Dios nos enseña que no hay ningún pecado inherente al hecho de comer: Jesús enseñó que no lo que entra por la boca es lo que contamina al hombre. El apóstol Pablo nos dejó la instrucción que “la vianda no nos hace más aceptos ante Dios, pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos” (1 Co. 8:8)

Tampoco le era algo ilícito al Señor el hecho en sí de convertir las piedras en pan. Muchas veces Jesús demostró su soberanía sobre las cosas creadas: transformando el agua en vino, multiplicando los panes y los peces, sin desagradar al Padre. Jesús tenía todo el derecho y el poder para convertir la roca en alimento.

La tentación, a pesar de estar fundada en una necesidad física, como el tener hambre, no residía tanto en un asunto material como en uno del corazón: ¿confiaba Jesús de manera perfecta en la Palabra de Dios? ¿Era más importante para Él la obediencia a Su Padre celestial que mitigar el hambre?

Analicemos el contexto de nuestro pasaje: Jesús se dirige al desierto inmediatamente después de ser bautizado por Juan. Y es en ese lugar, en el momento de su bautismo, que se da un hecho muy importante: “los cielos le fueron abiertos… y hubo una voz de los cielos que decía: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt. 3:16, 17).

Jesús había recibido la aprobación del Padre. Dios se había agradado en manifestar en ese instante, delante de todos los presentes, que Jesucristo era su “Hijo amado”, aquel que le agradaba en todo. Y ahora, vemos a Satanás, acercarse a Jesús, pasando un momento de tribulación , en un momento de hambre, de necesidad, y ¿qué le dice?: “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.

Así ha sido siempre el modo de actuar de Satanás, desde el principio, ha sido mentiroso,y padre de mentira. De la misma manera tentó la serpiente a Adán y Eva: causando desconfianza en la Palabra y Fidelidad de Dios: “la serpiente dijo a la mujer: No moriréis” (Gn. 3:4). Dios ya les había declarado: “el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gn. 2:17). Pero Satanás los tentó a desconfiar de la Palabra de Jehová diciendo: “no es cierto, no morirán. Dios les está mintiendo”.
Lo mismo intentó hacer el diablo con Jesús: “Si eres hijo de Dios”. En otras palabras, como diciendo: “razones tienes ahora para dudar de ser el hijo de Dios, pues, ¿cómo será posible que el hijo de Dios, heredero de todo, sea reducido a semejante condición? Si Dios fuera tu Padre, no te dejaría pasar por todas estas pruebas. No veo la fidelidad de Dios en tu presente condición. Si le complacieras en todo, seguramente no te dejaría pasar tanta hambre”

La clave para poder entender que esto es así es el pasaje que Jesús utiliza para responder al diablo y vencerlo: “No sólo de pan vivirá el hombre”. Jesús está citando Deuteronomio 8:3, cuyo contexto enseña claramente esto:

"1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. 2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre."

"11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza."

Satanás le estaba diciendo: “Olvídate de Dios, pues El se ha olvidado de ti. Te ha dejado pasar hambre y sed, y no veo que se vaya acordar de ti. Olvídate de Dios, y utiliza tu poder, provéete a ti mismo de alimento, y sacia tu necesidad” Pero Jesús, de manera gloriosa le responde a Satanás: “la Palabra de Dios es mi alimento”. Como en otra ocasión le dijo a sus discípulos: “mi comida es hacer la voluntad de mi Padre”. “Mi Padre es fiel, y sé que el proveerá en Su momento el alimento, mientras tanto, Dios es mi sustento, y mi vida”.



martes, 4 de mayo de 2010

Las tentaciones cooperan para bien

"Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito" Romanos 8:28

Incluso las tentaciones son gobernadas para el bien de los hijos de Dios. El árbol que es sacudido por el viento está más asentado y enraizado. De la misma forma, el soplar de una tentación no hace más que asentar al Cristiano más en la gracia.

Las tentaciones son gobernadas para bien en ocho formas:

(1.) La tentación lleva el alma a la oración. Mientras más furioso tienta Satanás, más ferviente ora el santo. El ciervo siendo herido con el dardo corre más rápido hacia el agua. Cuando Satanás dispara sus fieros dardos hacia el alma - ésta corre más rápido al trono de gracia. Cuando Pablo tuvo al mensajero de Satanás para abofetearlo, él dice: "tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí" (2 Cor. 12:8). Aquello que nos hace orar más, coopera para bien.

(2.) La tentación a pecar es un medio para mantenernos lejos de la perpretación del pecado. Mientras más sea tentado un hijo de Dios - más él pelea contra la tentación. Mientras más tiene Sataná a blasfemar, más tiembla el santo ante tales pensamientos, y dice, "¡Apártate de mí, Satanás!". Cuando la ama de José le tentó a la lujuria - mientras más fuerte era su tentación, más fuerte era su opocisión. ¡La tentación que el diablo usa como una espuela para pecar - Dios la hace un freno para mantener a un Cristiano lejos del pecado!

(3.) La tentación obra para bien al abatir la hinchazón del orgullo. "para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca" (2 Cor. 12:7). ¡El aguijón en la carne era para desinflar el orgullo! ¡Mejor es aquella tentación que me humilla, que aquel deber que me enorgullece! Antes de que un Cristiano sea de pensamientos altivos - Dios le permitirá caer en las manos del diablo por un tiempo, para ser curado de su orgullo hinchado.

(4.) Las tentaciones cooperan para bien, al ser un examen para probar lo que está en el corazón. El diablo tienta para poder engañarnos; pero Dios permite que seamos tentados para que pueda probarnos. La tentación es una prueba de nuestra sinceridad. Expone si nuestro corazón es casto y leal a Cristo - cuando podemos ver una tentación a la cara, y le damos nuestra espalda. Muchos no tienen el corazón para resistir la tentación. Tan pronto como Satanás viene con su señuelo, ellos ceden, como un cobarde quien, tan pronto como el ladrón se aproxima, le da su bolso. Pero es el valiente Cristiano, aquel que blande la espada del Espíritu contra Satanás, y prefiere morir a ceder. El valor y coraje de un santo no es mejor visto que en el campo de batalla, cuando está peleando contra el dragón rojo, y por el poder de la fe pone al diablo a huir. ¡Es como oro aquella gracia probada, la que puede permanecer en la fiera prueba, y soportar los fieros dardos de Satanás!

(5.) Las tentaciones cooperan para bien ya que Dios hace de aquellos que son tentados, aptos para consolar a otros en la misma aflicción. Un cristiano debe estar bajo los abofeteos de Satanás, antes de que pueda hablar una palabra a su debido tiempo a aquel que está cargado. Pablo estaba bien versado en tentaciones. "pues no ignoramos sus ardides "(2 Cor. 2:11). De esa manera era capaz de dar a conocer las artimañas malditas de Satanás (1 Cor. 10:13). Un hombre que ha cabalgado sobre un lugar en el que hay ciénegas y arenas movedizas, es más apto para guiar a otros a través de aquel peligroso camino. Aquel que ha sentido las garras de Satanás, el león rugiente, y ha sangrado bajo aquellas heridas es el hombre más apto para tratar con aquel que es tentado. Nadie más puede descubrir mejor los sutiles engaños de Satanás que aquellos que han estado mucho tiempo escuela de la tentación.

(6.)Las tentaciones cooperan para bien al despertar la compasión de un padre en Dios sobre aquellos que son tentados. El hijo que está enfermo y herido es el más cuidado. Cuando un santo yace bajo el herir de las tentaciones, Cristo ora, y Dios el Padre se compadece. Cuando Satanás pone al alma en fiebre, Dios viene con un cordial; que hizo decir a Lutero que "las tentaciones son los abrazos de Cristo", porque es entonces cuando se manifiesta más dulcemente a Sí mismo al alma.

(7.) Las tentaciones cooperan a bien al hacer que los santos anhelen más el cielo. Allí estarán lejos de los disparos; el cielo es un lugar de descanso, no vuelan allí las balas de la tentación. El águila que surca en el aire, y se posa sobre altos árboles - no está preocupada con el morder de la serpiente. De la misma forma, cuando los creyentes son ascendidos al cielo, ya no serán molestados por la serpiente antigua, el diablo. En esta vida, cuando una tentación se acaba, viene otra. Esto hace que el pueblo de Dios anhele la muerte - para que los llame fuera del campo de batalla donde las balas vuelan tan rápido - y para recibir una corona victoriosa, donde ni el tambor ni el cañón, sino el arpa y el violín, sonarán eternamente.

(8.) Las tentaciones cooperan para bien al traer la fortaleza de Cristo. Cristo es nuestro amigo, y cuando somos tentados, El pone todo Su poder a obrar en nosotros. "Pues por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados" (Heb. 2:18). ¡Si una pobre alma tuviera que pelear sola con el Goliat del infierno, seguramente sería acabado! Pero Jesucristo trae sus fuerzas auxiliares - el probee frescar reservas de gracia. "Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 7:37). De esa forma el mal de la tentación es gobernado para nuestro bien.

Del puritano Thomas Watson. Tomado y traducido del sitio Grace Gems.
Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios. Hebreos 6:7