El alma nunca conoce lo que el gozo verdadero y el deleite abundante son hasta que, hastiada de sí misma, renuncia a toda pertenencia y se rinde a sí misma al Autor de su ser.
Henry Scougal. La vida de Dios en el corazón del hombre (citado en Los Deleites de Dios de John Piper).
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