jueves, 26 de septiembre de 2013

Las madres nunca están solas cuando están solas

Convertirse en madre lo cambia todo. Hay tantas cosas que no te dicen cuando firmas los papeles del alta en el hospital. Por supuesto que te preparan para cosas como alimentar, cambiar un pañal e higiene general. Pero no te dicen lo exhausta que te sentirán en esos primeros días, o lo insegura que te sentirás sobre tus habilidades como una madre, o lo sola que te sentirás cuando cada uno de tus días de repente se sienta como El Día de la Marmota.

La maternidad es la experiencia más exhilarante. Pero también es la más aislante. Puedes pasar rápidamente de ser una mariposa vivaracha y social a alguien casera que pasa tres días sin cambiarse de ropa. Todos entienden que la maternidad les cambia. Pero no todos están bien preparados para cómo la maternidad les cambia.

El propósito de la soledad


Es difícil ver un plan en nuestras circunstancias cuando éstas están nubladas por rabietas, escupitajos y otras realidades mundanas de la maternidad. Pero eso no niega que una mano soberana las guía todas. En los días agotadores de ser una madre es común sentir como si la soledad que sentimos es sólo la cereza de un pastel ya de por sí amargo. Elizabeth Elliot dijo sobre nuestra soledad:

La soledad es un tipo de “muerte” de la que la mayoría de nosotros aprende tarde o temprano. Lejos de ser algo “malo” para nosotros, un estorbo al crecimiento espiritual, puede ser el medio de desdoblar las “flores” espirituales hasta ahora envueltas. La completa belleza de la rosa silvestre, su misma “realización” depende de su continuo morir y volver a vivir… En la economía de Dios, sea que Él esté formando una flor o un alma humana, nunca nada se vuelve en nada. Las pérdidas son Su forma de lograr las ganancias.

Como tantas otras cosas difíciles que enfrentamos en la vida cristiana, la soledad es parte del plan amoroso de Dios de obrar todas las cosas para nuestro bien (Rom. 8:28). Así que los días en que el único ser humano con el que conversas habla en oraciones de dos palabras o balbucea no son una pérdida ni para Dios ni para ti. Te están preparando para un peso de gloria que no tiene comparación (2 Cor. 4:17).

Este diario morir a nosotros mismos tampoco es único de la maternidad. Como cristianos, somos llamados a morir a nuestra propia gloria y deseos de una manera regular. La muerte solitaria y dolorosa del Hijo de Dios aseguró nuestra vida. Así que cada pequeña muerte a nuestros propios deseos en nuestro materno peregrinar nos permite participar en el sufrimiento de Cristo (1 Pedro 4:13). Nuestra muerte a la interacción social y a la variedad en nuestro día significa vida para nuestros hijos. Y nunca es en vano.

Esperanza para el solitario


En el papel parece noble decir que todos los días morimos por nuestros hijos. Pero no se siente tan maravilloso cuando lloran por nuestra presencia incluso antes de que el sol aparezca. O cuando tenemos que perdernos otro domingo en la iglesia porque nuestro hijo está enfermo o nos necesita en el cunero. En esos momentos no siempre nos importa si la soledad significa vida para nuestro hijo. Sólo queremos hablar con nuestros amigos para variar. Afortunadamente, podemos confiar en algo más que nuestros débiles esfuerzos de soportar tal soledad.

Cristo estuvo solo para que nosotros nunca tengamos que estar solos. Y Él aseguró que incluso cuando respondamos pecaminosamente a nuestra soledad, Él nos dará la gracia para arrepentirse y responder mejor la próxima vez. Aún en los días más aislados, cuando todo lo que haces es alimentar, limpiar y cargar un bebé el cual no estas segura de que siquiera sabe que estás ahí, no estás sola. La soledad que sientes puede ser absorbida con la asombrosa realidad de que Cristo nunca dejará de estar a tu lado. Él es nuestro consuelo cuando derramamos casi tantas lágrimas como nuestro bebé con cólico. Él es nuestra fuerza cuando sentimos que no podemos levantarnos de la cama para una toma más de media noche. Él nos sostiene cuando colapsamos sobre el sofá después de otro día largo de cuidar a los pequeñitos. Y Él es nuestra justicia cuando le fallamos a nuestros niños en un momento de somnolienta frustración.

En tan sólo unos cuantos meses de maternidad he aprendido que no puedo engañar a nadie para que piense que tengo todo bajo control. También he aprendido que en mi exhausto, algunas veces solitario nuevo estado de maternidad, estoy siendo sostenida por las manos amorosas de mi Padre celestial. Él ha ordenado estos días largos para mi bien y mi gozo final.

Sí, la maternidad es un trabajo duro. Es un trabajo solitario. Es un trabajo que no siempre da ganancias para cada inversión. Pero es un trabajo a semejanza de Cristo. Cada día que morimos a nosotros mismas, ya sea a través de la falta de sueño, tiempo o interacción personal, estamos tomando la forma de un siervo in el espíritu de nuestro Cristo (Fil. 2:7). Y es hermoso para Dios.

Los niños son un don precioso. No hay nada más asombroso que mirar a la vida que Dios creó dentro de ti. Los largos días que pasamos cuidando nuestros hijos tienen significado eterno que algún día, Dios mediante, cosechará muchas recompensas. Hasta ese momento entonces, laboramos. Esperamos. Y clamamos al Único que verdaderamente entiende lo que significa entregar la vida por los suyos.

Courtney Reissig ha escrito para el Concilio para la Masculinidad y Femineidad Bíblica y el Seminario Teológico Bautista del Sur. Está casada con Daniel, y juntos viven en Little Rock, Arkansas, donde Daniel trabaja en plantar la Iglesia Bautista Midtown. Ella regularmente bloguea en In View of God’s Mercy.

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Tomado y traducido del blog de The Gospel Coalition.


martes, 24 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 7)

7. La centralidad del Evangelio en todo esto


Si usted es como yo, seguramente la lectura de todo esto lo ha hecho sentir totalmente inadecuado para la tarea.  

Las primeras palabras de Efesios en cuanto a la relación conyugal son un rotundo llamado a un amor radical y abnegado… Y si se aceptan con sinceridad, el puñetazo que propina este llamado derribará a muchos hombres cristianos… ¡porque no dan la talla! 69 

Yo sinceramente admito que no doy la talla. Soy culpable de no ser responsable, de no mostrar iniciativa, mucho más de no amar a mi esposa con un amor sacrificial, exclusivo, inmerecido y embellecedor. No siempre he mostrado la debida fortaleza o ternura en el momento adecuado. He fallado en honrar a mi esposa física, emocional y verbalmente. Ni que decir de cómo he fracasado en ser consistente en cada una de las implicaciones prácticas de la protección y provisión.

Al igual que Adán, y quizás al igual que usted, he sido tentado muchas veces a echarle la culpa a mi esposa de todos mis fracasos, lo que en última instancia equivale a echarle la culpa a Dios:

Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. (Génesis 3:12).

Esto lo único que hace es confirmar nuestro pecado y nuestra falta de verdadera masculinidad. No debemos olvidar que, aunque incluso Eva tuvo participación en el primer pecado, el primero al que Dios llamó a cuentas fue al hombre, no a la mujer. Lo que significa que nosotros somos los principales responsables de la condición actual y futura de nuestro matrimonio. Este es un compromiso al que no podremos renunciar.

Los votos matrimoniales son el compromiso voluntario de amar, independientemente como uno se sienta. 70 
En la economía de Dios, el cien por ciento de la responsabilidad de sustentar un matrimonio pertenece al esposo. Ninguna falla o pecado por parte de la esposa es justificación para abandonarla. Pablo es explícito: “Esposos, amen a sus esposas así como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella para santificarla. Para presentársela como una iglesia radiante sin mancha o arruga. De la misma manera los esposos deben amar a sus esposas”. Esta instrucción no admite condición alguna por la cual un esposo pueda dejar a su esposa. Cristo no abandonará a Su Iglesia, sin importar cuánto ella falle. Un esposo no puede obligar a su esposa a recibir su amor o a reciprocarlo, con todo es su deber amarla. 71

Todo esto puede ser demasiado abrumador para alguien tan imperfecto como yo, pero Dios no me está llamado a vivir la vida cristiana y la masculinidad bíblica en mis propias fuerzas sino por medio de la fe en Cristo.

Si esto parece nuevo y abrumador, anímese porque Cristo no lo llama a hacer aquello que él no lo faculte a hacer.
Los esposos son llamados a hacer cosas muy difíciles. El liderazgo no es fácil. Eso es parte de lo que significa ser cristiano: “Tome su cruz y sígame”. Pero cada mandamiento viene con una promesa… Por lo tanto, anímese. El liderazgo es difícil, pero usted es un hombre. Si su padre nunca le enseñó cómo liderar, su Padre celestial lo hará. 72

La Palabra de Dios nos enseña:

Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina. (2 Pedro 1:3-4)

Dios en Jesucristo no has dado todo lo que necesitamos para vivir una verdadera masculinidad que le glorifique. Esto inevitablemente nos conduce a la centralidad del Evangelio para vivir cualquier aspecto de la vida cristiana:

Se necesitan los fundamentos del evangelio antes de que estas cosas puedan brillar con la belleza que realmente tienen. 73

La centralidad del Evangelio significa que para vivir la vida cristiana, debemos poner nuestra mirada en Jesucristo, quien no sólo con Su vida nos dio el mayor ejemplo, sino que con Su muerte y resurrección pagó nuestras deudas y compró la gracia que necesitamos para salir adelante. El liderazgo, debe seguir el modelo de vida establecido por Jesús. Para comprender el verdadero significado del liderazgo, debemos oír a Jesús y debemos observar a Jesús, de quien además recibiremos la fortaleza para llevar a cabo nuestro deber.

El amor según el Apóstol Pablo se imita. Se aprende no leyendo un manual, sino observando a una persona. Se aprende mirando a Jesucristo. 74
¿Cómo hacemos esto, hermanos? ¿Cómo lo hacemos? Aprendemos a hacerlo traficando en la atmósfera de la Cruz. Lo hacemos sumergiéndonos en la contemplación de las glorias de la Cruz… Este tipo particular de amor, por diseño es imitado. Es aprendido al observar a una persona. Se aprende mirando a Jesucristo.
Si eres un esposo cristiano esta mañana, seguro quieres amar a tu esposa de esta manera, ¿no es verdad? Incluso podríamos decir: “¡Daría mi vida para amar de esta manera!” La gentil respuesta de Jesús para nosotros es: “¡Yo lo hice!” El demostró hacia nosotros el amor de un esposo por una esposa. El entregó todo por Su eternamente amada novia la Iglesia. Y la manera en que hacemos lo mismo, queridos hermanos, es observándole. ¡Es fijando nuestra mirada en esa Cruz!
Permítame alentarle a que justo en el momento que se sienta presionado hasta el límite, y esté listo para decir “es suficiente”, recuerde el modelo. Recuerde el gran romance y al más grande de todos los amantes. Medite en la Cruz y recuérdese a sí mismo la enormidad de su amor sacrificial definido a la luz del valor de esta Persona y de la naturaleza de Sus sufrimientos. 75

La centralidad del Evangelio para vivir la masculinidad bíblica nos dice que el primer paso que hay que dar es el arrepentimiento. Reconozca su pecado, debilidad e incapacidad, sin transferir la mínima culpa a nadie más. Pídale perdón a Dios. Pídale también perdón a su esposa y a sus hijos por todo aquello que debiera ser y no es. Si es posible sea específico.

Pida ayuda. Empiece preguntando a su esposa sobre la clase de liderazgo que usted está ejerciendo:

Sin defenderse por cualquier deficiencia, empiece a preguntarle a su esposa cómo está usted haciendo su papel en cuanto a amar y guiar, y qué puede hacer para mejorar su participación en éstas áreas. 76 

Si sus hijos tienen la edad suficiente, también puede preguntarles a ellos. Permita que su esposa y sus hijos lean este material. Busque ayuda de algún hermano maduro de su congregación. Seguramente podrá acudir a los ancianos o pastores de su iglesia.

Nuestro llamado es el siguiente:

Esposos, ¡que vuestro liderazgo estropeado sea redimido siguiendo el modelo de la intención de Dios para Cristo! 77

Anímese, si todo esto lo hace sentirse apenado, humillado y quebrantado, déjeme recordarle que según la Biblia, usted se encuentra en el mejor lugar para empezar a caminar por fe y recibir la ayuda de Dios (Salmo 51:17; Isaías 66:2; Mateo 5:3-6). Sobre todas las cosas, no se rinda, prosiga al blanco, corra la carrera que tiene por delante puestos los ojos en Jesús. No se rinda.

¿Se da cuenta lo que esto significa, hermanos? Significa que uno de los enemigos contra los que constantemente luchará, es la tentación a la pasividad… Algunas veces, queridos hermanos, el problema que somos rápidos en definir como una falta de sumisión en la mujer, es en realidad un reflejo de nuestro propio fracaso de dirigir. No el fracaso en dirigir, sino el fracaso de no dirigir. Y de los dos, el último es un fracaso infinitamente más grande. 78

Sobre todas las cosas, no se rinda.

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69. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, pg. 38.

70. Ibíd., pg. 43.

71. Arturo Azurdia. “Wives: The Response Of The Church – Part 2”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

72. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 80.

73. Ibíd., pg. 64.

74. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 1”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

75. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 2”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

76. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 65.

77. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 70.

78. Arturo Azurdia. “Wives: The Response Of The Church – Part 3”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com


jueves, 19 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 6)

6. Las implicaciones prácticas del liderazgo masculino


Como se aprendió al inicio de este estudio, la función asignada por Dios al varón dentro del matrimonio es la de ser cabeza de la mujer, lo cual se entiende como:

La responsabilidad de amar como Cristo al liderar, proteger y sustentar a nuestras esposas y familias. 20

De esta definición, aprendemos que el liderazgo masculino del varón se demuestra de manera práctica principalmente en la provisión y protección del hogar. Esto lo deducimos del texto de Efesios, que nos señala lo siguiente:

Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia. (Efesios 5:28-29).

En el idioma original, la palabra sustentar se usa comúnmente en la Biblia cuando se habla de criar hijos y proporcionales lo que necesitan. En otras palabras, está hablando de provisión (cf. Génesis 45:11 donde se utiliza el mismo vocablo). De manera similar, la palabra cuidar en Efesios 29 apunta a la idea del tierno cuidado y amor con que una madre cuida a su bebé (cf. 1 Tesalonicenses 2:7). La palabra cuidar implica protección.

Ahora bien, en cuanto a estos deberes, haremos bien en recordar que estos tienen tanto una dimensión física como una espiritual:

La protección y la provisión tienen un significado físico y espiritual. Se necesita proporcionar comida física y también es necesario proporcionar comida espiritual. Los esposos tienen que proteger la vida de la familia de las amenazas físicas así como también de las amenazas espirituales.56 

La provisión física y espiritual 

En cuanto a la provisión física, el pastor John Piper nos dice (énfasis del autor):

Como mínimo, el esposo que lidera de acuerdo al modelo de Cristo toma la iniciativa de satisfacer las necesidades de su esposa y de sus hijos.
El esposo lleva a cuestas la responsabilidad principal de poner el pan sobre la mesa. Nuevamente, la palabra principal es importante. Tanto los esposos como las esposas trabajan… Pero el rol normal de trabajo para el hombre es ser el sostén de la familia; el rol de la esposa es ser la administradora, la diseñadora y la colaboradora doméstica… Cuando un hombre no se sitúa como aquel que da su vida para poner el pan en la mesa, compromete su propia alma y envía el mensaje equivocado a su esposa e hijos. 57

La realidad es que algunos varones suelen quejarse por tener que salir todos los días a trabajar para obtener el sustento de la familia, lo cual no demuestra un verdadero carácter masculino y no debiera ser así. Cada varón creyente debe aprender a asumir con gozo la responsabilidad de proveer para su familia y para ofrendar generosamente para la extensión del Reino de Dios.

También es cierto que las palabras  de Piper están tocando una fibra sensible en nuestra cultura y sociedad actual. ¿Sugerir que la mujer no debiera salir a trabajar? Debemos darnos cuenta que Piper no está siendo categórico en afirmar que si una mujer trabaja fuera de casa está pecando. Sin embargo, Piper sí es categórico en afirmar que tal responsabilidad es principalmente del varón y no de la mujer.

Es cierto, existen muchos factores atenuantes que pueden afectar esta situación, como el posible desempleo del esposo o que su salario no sea suficiente para cubrir los gastos familiares. En este sentido, hay que reconocer que cada hogar es único en su contexto económico y familiar, por lo que no es sabio establecer “normas” que apliquen para todas las familias. 

Con todo, es mi convicción que en este aspecto cada matrimonio debiera hacer un análisis honesto de su propia situación a la luz de la Palabra de Dios. Muchas veces el deseo de tener más puede estar disfrazado como una “necesidad”. Me parece que a este respecto el pastor Mark Driscoll proporciona un consejo sabio:  

Si su esposa tiene que salir a trabajar fuera de casa cuando los niños son pequeños, se deben calcular todos los costos de forma económica y práctica. ¿Valdrá realmente la pena todo el aumento de gastos para que mamá trabaje (otro auto, comer afuera, teléfono celular, guardería, aumento de categoría fiscal, etc.)? Si hablamos de la calidad de cuidado que alguien puede brindar a los niños, ¿será del mismo nivel que aquel que viene de una madre piadosa en la vida diaria de sus hijos? ¿No sería más prudente que usted redujera su estilo de vida y no el nivel de atención de sus hijos? 58

La provisión física también involucra una administración sabia de las finanzas:

Un hombre no solo debe ganar dinero, también debe administrarlo bien. Debe tener un presupuesto sensato para gastos, ahorros, inversiones, jubilación, diezmo y para ser generoso con su familia en la medida que le sea posible. 59

En cuanto a la provisión espiritual, el varón es el responsable de tomar la iniciativa y dar el ejemplo en todas las disciplinas espirituales:

Para proporcionar comida espiritual a la familia, usted debe conocer esa comida. Esto significa que un hombre debe seguir a Dios con mayor devoción. Usted puede liderar espiritualmente si está creciendo en su propio conocimiento de Dios y del amor de Dios. 60
La Biblia espera que los esposos y los padres actúen amorosamente como pastores para con sus esposas e hijos; y ordena a los esposos a escudriñar de modo periódico las Escrituras con sus esposas. 61 

Considero que éste es un golpe bajo para muchos varones en la iglesia. Con pena tengo que confesar que a lo largo de los años, he atestiguado cómo muchas esposas tienen no sólo mayor conocimiento bíblico sino también mayor madurez cristiana que su marido. Tan solo hace falta observar que género predomina entre los maestros de escuela dominical en cualquier congregación, desde los niveles más chicos hasta los más adultos. Por ello, como varón:

Procure que la familia ore, lea la Biblia, vaya a la iglesia, hable sobre asuntos espirituales y morales, aprenda a usar los medios de gracia, crezca en conocimiento y observe su ejemplo en todas estas cosas. 62

Algunos consejos prácticos respecto a la provisión espiritual son:

Asegúrese de que cada miembro de su familia tenga una buena Biblia, apropiada a la edad, y que la lea de manera periódica. Lea la Biblia a solas y con ellos a fin de animarlos a que también la lean por sí mismos. Analicen juntos lo que están aprendiendo.
Compre buenos libros cristianos para que todos en la familia los lean; incluya en ellos biografías.
Aproveche sus viajes diarios al trabajo escuchando buenos sermones y clases, muchos de los cuales puede obtener gratis.
Es importante participar en una buena iglesia. Si su iglesia ofrece clases basadas en la Biblia, asista con su familia. Una buena iglesia que provee oportunidades ministeriales para que esposo y esposa sirvan juntos a Dios, lo cual es increíblemente significativo, útil y unificador. 63

La protección espiritual y física

La protección espiritual se lleva a cabo principalmente a través de la oración:

Esposos, oren por sus familias cada día… Luchen por ellas en oración contra el diablo, el mundo y la carne…. No se fatiguen. Dios escucha y contesta las oraciones por nuestras esposas e hijos. 64
Ore todos los días por cada miembro de su familia y hágales saber que está orando por ellos. 65

Un consejo práctico es llevar un diario de oración detallado por las necesidades físicas y espirituales de nuestra esposa e hijos:

Cene en familia la mayoría de las noches y usen ese tiempo para orar juntos, llevar un registro de solicitudes de oración por otras personas, leer una porción de la Biblia y hablar juntos de ella. 66
El darnos a nosotros mismos por nuestra esposa implica la intercesión devota a su favor. ¿Ora usted por su esposa con algo más que “Señor, bendice a Margarita en todo lo que hace”?... Usted debe tener una lista de las necesidades no expresadas o manifiestas de su esposa para presentarlas vehemente a Dios por amor a ella.67

La protección espiritual y física también involucra establecer límites adecuados y sabios de la exposición que nuestra familia tiene del mundo y sus influencias:

Establezcan principios para su esposa e hijos. Analícenlos con sus esposas… Tomen la iniciativa sobre lo que podrán mirar en la televisión, qué películas irán a ver con sus hijos al cine, qué música escucharán y cuán reveladores serán los escotes de sus hijas. 68

En conclusión, la protección y la provisión del hogar es donde de manera práctica se ejerce el liderazgo masculino del esposo. ¿Puede usted identificar algunas otras implicaciones prácticas de lo que involucra proveer y proteger a su familia?

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56. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 79.

57. Ibíd., págs. 78 y 82.

58. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).

59. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).

60. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 81.

61. Ibíd., pg. 63.

62. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 82.

63. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).

64. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español).

65. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).

66. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).

67. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, pg. 39.

68. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.).


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 5)

5. El carácter de la masculinidad bíblica


A continuación analizaremos algunos aspectos del carácter bíblico que el varón debe exhibir como cabeza del hogar. Una vez más, acudimos a Jesús como el modelo de una verdadera masculinidad:

Él [Jesús] era valiente como un león y manso como un cordero, fuerte y humilde, duro y tierno, agresivo y sensible, audaz y quebrantado de corazón. Él sienta las bases de la hombría.
Jesús sienta las bases de la hombría como León de Judá y Cordero de Dios. Tanto en sus momentos más fuertes como en los más débiles, él fue líder, proveedor y protector. 33 

El pastor Mark Driscoll rescata la misma idea cuando dice:

Ser un hombre como Jesús es ser al mismo tiempo fuerte y tierno.
Jesús fue bastante fuerte como para ir a la cruz sin derramar una lágrima y suficientemente tierno como para llorar por la muerte de su amigo. 34

Estos dos atributos (fortaleza y ternura) fueron manifestados por Jesús a lo largo de todo su ministerio. Jesús mostró fortaleza al denunciar la falsedad de los escribas y fariseos y al sacar a los vendedores del templo. Jesús también fue tierno al recibir a los niños, al tocar a los leprosos y al hablar con la mujer samaritana. 

El carácter de la verdadera masculinidad bíblica radica entonces en estos dos atributos: la fortaleza y la ternura. A continuación analizamos brevemente cada uno de estos aspectos del carácter masculino del varón.

La fortaleza

En general, la fortaleza del varón se debe manifestar al “defender a los débiles, los oprimidos, los maltratados, los menospreciados, y los pobres” 35. De manera particular, esa fortaleza se debe desplegar al defender a nuestra esposa e hijos: 

Cuando Pablo llama al esposo a ser cabeza de su esposa amando como Cristo mientras lidera, su punto más importante es: Protégela a toda costa. 36 

Varones, analicémonos a nosotros mismos. ¿Permitimos que alguien critique injustamente a nuestras esposas? ¿Somos pasivos cuando nuestra esposa o nuestros hijos están en alguna clase de peligro? ¿Cómo reaccionamos ante alguna inconveniencia producto de un accidente en el que ellos se ven involucrados? ¿Nos molestamos por haber sido sacados de nuestra comodidad? ¿O acudimos en defensa y protección de nuestra familia?

Cuando ella necesita fortaleza, hermano, ¿estás justo ahí, listo para proveerla? Cuando ella necesita aliento, ¿estás ahí para ella? ¿Su esposa se siente cuidada? ¿Sabe ella que es la niña de tus ojos? ¿Qué aparte de tu lealtad última hacia Jesucristo ella viene antes de cualquier otra persona, incluyendo tus hijos, y que alegremente harías cualquier sacrificio si fuera necesario por su mayor bienestar? 37

La fortaleza masculina también se manifiesta al trabajar de manera íntegra y esforzada para proveer para las necesidades de nuestras familias:

Debemos ser fuertes (y honorables) cuando competimos comercialmente porque lo hacemos para alimentar a nuestras familias. 38 

La fortaleza que caracteriza la masculinidad bíblica también se manifiesta al defender la verdad de las Escrituras y del Evangelio sin vacilar:

Debemos ser fuertes para defender la verdad y combatir las falsas enseñanzas y el error. 39

La ternura 

Por otro lado, la masculinidad bíblica también sabe demostrar ternura. De manera general: 

Como hombres debemos ser tiernos al consolar a los heridos, alentar a los abatidos y enseñar a los humildes… Debemos ser tiernos con aquellos a quienes su pecado los ha quebrantado, y necesitan ayuda y consejo piadoso. 40

De manera particular, esa ternura se debe manifestar en el hogar:

Debemos ser tiernos con nuestras esposas, amarlas como Cristo ama a la iglesia Con nuestros hijos, besándolos en la cabeza, diciéndoles a menudo que los amamos y proporcionándoles abundante seguridad de que verdaderamente los consideramos regalos de Dios. 41

Pienso que aquí muchos varones vacilamos. Escudados en un falso concepto de masculinidad, no manifestamos la debida ternura y amor hacia nuestra esposa y nuestros hijos. En nuestro país se piensa que un verdadero hombre no besa a sus hijos, menos si éstos son varones. También se suele decir a los niños varones: “los hombres no lloran”. La Escritura nos enseña todo lo contrario al respecto, ya que Jesús el verdadero hombre; lloró ante sus amigos y discípulos. Cuando cualquier muestra de afecto en un varón es vista como una debilidad, sabemos que estamos viviendo todo lo contrario a un verdadero carácter masculino.

La ternura del varón también involucra darle la honra debida a su esposa. El pastor Mark Driscoll nos señala tres áreas en las que la verdadera masculinidad bíblica demuestra honra a la mujer: física, emocional y verbal.

En cuanto a la honra física, podemos preguntarnos:

¿Le ha levantado alguna vez la mano amenazándola? ¿Le ha lanzado esa mirada taladradora, vidriosa, violenta, iracunda que dice: “No abuses ahora que este aún es un buen momento para que te calles”? 42

En pocas palabras:

Usted honra físicamente a su esposa si no representa peligro para ella, si la protege y es tierno con ella. 43

Con respecto a la honra emocional, tenemos el deber de reconocer las necesidades particulares de nuestra esposa:

La esposa suya necesita intimidad. Ella desea que usted la conozca y a su vez desea conocerlo. Quiere que usted sea sensible, apasionado, tierno y sincero. 44
Permíteme preguntarte algo, hermano: ¿Cuáles son las ansiedades únicas de tu esposa? ¿Sus temores particulares? ¿Sus debilidades? ¿Estás listo para tratar con estas cosas cuando sea necesario? Para ser lo más simple posible: ¿Hablas con tu esposa y la escuchas? 45

Honrar a nuestras esposas emocionalmente requiere que seamos intencionales y disciplinados en pasar tiempo con ella para hablar y conocerla:

La disciplina de la comunicación requiere que aparten tiempo regularmente para hablar – para hablar realmente, comunicando más que hechos, sentimientos. 46 
Cuando Dios une a dos personas en el matrimonio no estamos tratando más con dos unidades, dos entidades. ¡Estamos tratando con las dos mitades de uno! Así que, hermanos, cada vez que tendemos a pensar de nosotros mismos sin pensar en nuestras esposas hemos olvidamos el principio más fundamental del matrimonio. ¿Te das cuenta que tu esposa es una parte de ti?
Ya no vives una vida aislada. Lo primero y más importante debe ser considerar a esta mujer quien se ha vuelto alguien que comparte tu vida misma. Consecuentemente eso debe influir radicalmente en cómo gastas el tiempo, y con quién lo pasas. Debería influir las elecciones ocupacionales que haces. Debería influir en donde vives. A dónde vas a la iglesia. Lo que haces con tu dinero. Cómo pasas tu tiempo recreacional. ¡Esta mujer es una parte de ti! 47

Creo que estas palabras están se aplican en alguna medida a cada uno de nosotros, pero especialmente a aquellos que  piensan de sí mismos en términos independientes de su esposa, que acostumbran pasar la mayor parte de su tiempo libre con los amigos haciendo “cosas de hombres”, como practicar o contemplar algún deporte o cualquier otra actividad recreacional, a aquellos varones que básicamente les gusta tener tiempo “para ellos mismos”. Sin embargo, la verdad bíblica nos indica que: 

Debemos dedicar a nuestra esposa la misma energía, el mismo tiempo y la misma facultad creadora que nos dedicamos a nosotros mismos. 48

Un consejo práctico en cuanto esto sería el siguiente:

Aparte horas especiales en su calendario semanal para pasarlas juntos, a propósito. Sea creativo. ¡Cítela! Sorpréndala. Sea pródigo con ella. 49

Honrar a nuestra esposa emocionalmente también involucra hablar con ella abiertamente de nuestros pensamientos y emociones:

Consecuentemente, ella debe de conocer los secretos de nuestro corazón. Ella debe conocer los deseos secretos de tu alma. Tus ambiciones, tus aspiraciones, tus temores, tus inseguridades, tus ansiedades, las cosas que nunca le cuentas a nadie más. Ella deba compartirlo todo porque ella es una parte de ti. Nunca debes hacer sentir a tu esposa, querido hermano, como si no fuera nada más que una cocinera, un ama de casa, una niñera o una compañera sexual. Tu hogar nunca debe considerarse como un dormitorio al que sólo regresas para dormir. 50

Nuevamente, este aspecto se distingue de lo que culturalmente se acepta del varón, como una persona que nunca habla de sus sentimientos o que no comparte lo que le preocupa o le hace temer. Pero el Señor Jesús nos da el ejemplo de una masculinidad redimida cuando comparte con sus amigos más cercanos acerca de su sentimientos (cf. Juan 12:27).

Por último, la verdadera masculinidad sabe honrar verbalmente a la mujer:

¿Cómo le habla a su esposa?... ¿Le levanta la voz?... ¿Le hace comentarios sarcásticos? 51

Reflexionando en mis propias fallas como varón, he llegado a considerar que uno de los aspectos que más descuidamos en cuanto a honrar verbalmente a nuestras esposas, es la manera en que hablamos de ella a otras personas. El libro de Proverbios nos enseña cuál es el carácter de la honra verbal que le debemos a nuestra esposa:

Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo: Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas. (Proverbios 31: 28, 29).

¿Cómo habla de su esposa a sus amigos y compañeros de trabajo? ¿Acostumbra a criticarla enfrente de familiares, amigos y de sus hijos? ¿O alaba las muestras de gracia divina que puede observar operando en ella? El pastor Kent Hughes nos recuerda que el encomio hacia nuestras esposas debería ser practicado constantemente:

El compromiso responsable de exaltar a nuestra esposa es de suma importancia. 52

Este aspecto de la ternura y la honra hacia la mujer tiene implicaciones prácticas en cómo educamos a nuestros hijos. Muchas veces justificamos que nuestros hijos jueguen y traten rudamente a sus hermanas, sólo por el hecho de ser varones. Solemos decir: “entiéndelo, es que es varón”. Nada más lejos del verdadero carácter masculino. Debemos enseñar a nuestros hijos a respetar y honrar a las mujeres, especialmente a su madre y hermanas. Hay que demostrarles el ejemplo de una adecuada ternura masculina. 

¿Muestras hacia tu esposa un tierno afecto y cuidado, hermano? Vivimos en una época donde ya no se muestra respeto hacia nadie en lo absoluto. Ya no les enseñamos a nuestros hijos a nombrar a otros adultos por su apellido. Y nos sentimos orgullosos de ello. Ya no enseñamos a nuestros hijos a abrirles la puerta a sus hermanas y a su madre. Hemos perdido todo sentido de protección masculina hacia nuestras contrapartes femeninas. 53

Por último, el varón como líder de la familia es el responsable dentro del hogar de dar el ejemplo de un carácter piadoso que va creciendo a semejanza de Cristo.  

Modele humildad, sinceridad, arrepentimiento, servicio, estudio y adoración. Su vida predica al menos tan fuertemente como sus palabras, por tanto enseñe y modele humilde piedad por la gracia de Dios. 54 

En conclusión:

Quizás usted no sea físicamente grande, fuerte o rígido, pero si es debidamente fuerte y tierno, y asume la responsabilidad por sí mismo y por los demás, entonces es un verdadero hombre de hombres, un hombre piadoso, que por gracia está siendo conformado al perfecto Dios-hombre Jesucristo. 55 

Pregunta para reflexionar: ¿Mi carácter refleja la masculinidad de Jesús, el perfecto hombre, o exhibe algún desbalance entre las expresiones adecuadas de fortaleza y ternura?

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33. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), págs. 63 y 74.

34. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 45.

35. Ibíd., pg. 45

36. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 78.

37. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 4”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

38. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 45.

39. Ibíd., pg. 45

40. Ibíd., pg. 45

41. Ibíd., pg. 45

42. Ibíd., pg. 50

43. Ibíd., pg. 51

44. Ibíd., pg. 52

45. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 4”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

46. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, pg. 45.

47. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 4”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

48. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, pg. 43.

49. Ibíd., pg. 46.

50. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 4”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

51. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 54.

52. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, pg. 45.

53. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 4”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

54. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 64.

55. Ibíd., pg. 48.


martes, 17 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 4)

4. El verdadero significado del liderazgo


Jesús nos enseñó la verdadera esencia del liderazgo en Lucas 22:24-26, cuando sus discípulos discutían entre sí sobre quién de ellos sería el más importante en el futuro reino que ellos esperaban:

Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él  les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas [el significado incorrecto del liderazgo], y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve [el verdadero concepto de liderazgo masculino].

En la enseñanza de Cristo, ser un líder significa ser un siervo. El liderazgo implica la actitud de servir, no de mandar. Se trata de reflejar el carácter que Cristo mostró cuando lavó los pies de sus discípulos (Juan 13:1-18). El verdadero significado del liderazgo masculino se detalla en Efesios 5:25-27 de la siguiente manera:

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.

En este contexto de la vida y obra de Jesucristo por la Iglesia, aprendemos que el liderazgo masculino en el hogar significa responsabilidad, iniciativa y el deber de amar como Cristo amó a la Iglesia.

Responsabilidad e iniciativa

Los varones debemos hacernos la idea de que el liderazgo y la autoridad en el hogar no es un privilegio que hemos recibido, sino más bien una responsabilidad de la que habremos de dar cuentas. Definido de manera simple, el liderazgo que se nos ha asignado por Dios:

Es la responsabilidad de amar como Cristo al liderar, proteger y sustentar a nuestras esposas y familias. 20

Cada varón, entonces; debe aprender continuamente que ser cabeza de su hogar significa asumir la responsabilidad por el bienestar de su esposa y sus hijos de igual modo que Jesucristo asumió la suya por él. Sin embargo, también se debe considerar que:

Ser cabeza responsable no significa que un hombre haga todo en la familia, sino más bien que todo se hace en ella. Esto incluye llevar amorosamente su carga por la familia, ayudar a su esposa a hacer lo mismo, y asegurarse que los hijos también hagan lo que les corresponde.21

En este sentido, el liderazgo del varón no significa que él debe hacerlo todo en cuanto al bienestar del hogar, sino que es él quien debe “tomar la iniciativa de asegurarse que la familia esté protegida y atendida”22 y no dejarle tal responsabilidad a nadie más. Tampoco debe esperar a que se le indique cuándo cumplir con su responsabilidad. Una vez más, el ejemplo perfecto de esto es Cristo, ya que fue Él quien tomó “la iniciativa de salvar a su novia” y lo hizo “sufriendo y muriendo por ella” 23. Cristo demostró iniciativa cuando Él decidió dejar Su gloria y entregó su vida por sí mismo.

Amar como Cristo amó a la Iglesia

Quizás el significado más importante del verdadero liderazgo es que la autoridad se ejerce a través de amar siguiendo el ejemplo de Cristo. El texto de Efesios 5:25 nos enseña:
 
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.

El liderazgo masculino significa cumplir con el deber de amar a nuestras esposas como Cristo amó a la Iglesia:

Nuestro llamado, queridos hermanos, es dar el tono, establecer el ambiente. Nuestro llamado, queridos hermanos es a amar, es a emular a Jesús en Su obra. Y en correspondencia, el amor de la esposa, la respuesta de la esposa, la sumisión de la esposa, será atraído por tal amor. 24

Cuando el liderazgo se define en términos de servicio y amor, entonces la sumisión de la mujer no puede entenderse como algo servil y degradante, sino todo lo contrario. La mujer es honrada cuando se le compara con la Iglesia, quien es objeto del amor eterno y fiel de su salvador. El pastor Azurdia expone el significado de Efesios 5:2 de la siguiente manera:

Pablo desea que sepamos que ésta función de ser cabeza asignada al esposo, debe ser ejercida en el contexto de un amor sacrificial del tipo más poderoso. Ésa es la manera en que dicha autoridad se manifiesta a sí misma. Ése debe ser su sabor. Pienso que es fascinante, amados, cuando consideramos la imagen que aquí se nos muestra: otros amantes buscan y disfrutan la rendición de la novia. Éste amante, por Su novia, ¡se entrega a Sí mismo!
Al esposo cristiano se le ha dado la increíble responsabilidad de liderar y dirigir su hogar: él es la cabeza de su esposa. Seguro, no es el salvador de su esposa, pero él debe de emular la naturaleza del liderazgo de su salvador. Lo que significa que todo acerca de “ser cabeza” debe estar caracterizado por una presteza de vivir e incluso morir cuando es necesario, por el bienestar de ella. En otras palabras: todo acerca de su liderazgo está enlazado a ella, no a él mismo. Encuentro difícil que una mujer cristiana y de pensamiento claro protestaría en contra de tal cosa. Es en éste punto que a la esposa cristiana se le atribuye una dignidad increíble: ella es la imagen de la iglesia y debe ser receptora del mismo tipo de bendiciones.25

Considerando lo anterior, podemos definir o describir este amor del esposo creyente de la siguiente manera:

Amor de parte del esposo cristiano se define como su compromiso incesante de actuar por el mayor bien de su esposa. 26

Como ya se comentó, el amor del varón busca emular el amor de Cristo por la Iglesia. Al meditar en la vida y obra de Cristo por Su pueblo, como está descrito en Efesios 5:25-27; entendemos que el amor del esposo debe ser: 1) un amor sacrificial, 2) un amor exclusivo o particular, 3) un amor no merecido y 4) un amor embellecedor.

Amor sacrificial

En Efesios 5:25 leemos que el amor de Cristo es un amor sacrificial, es decir; un amor que llevó a Cristo a entregar su vida por la Iglesia:

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.

El pastor John Piper nos señala (énfasis mío):

Vemos liderazgo en el sacrificio de Cristo no sólo por el hecho de que lo planeó y tomó la iniciativa, sino también porque murió para darnos el ejemplo.27

Entendemos entonces que el mensaje de Pablo a los esposos:
Constituye un llamado directo a amar con la disposición a sacrificarse, aún hasta la muerte… El amor conyugal es como la muerte: nos reclama en su totalidad.

Cristo sufre por su esposa, y los esposos deben también sufrir por su esposa.28

Como varones, no hay duda de que ésta verdad nos confronta a cada uno de nosotros. Me pregunto: ¿En verdad actúo siempre pensando en el mayor bien de mi esposa? ¿O casi siempre decido pensando en lo que me conviene más a mí? ¿Estoy siempre dispuesto a sacrificar cada uno de mis intereses, de mis preferencias, de mis deseos y mi comodidad por amor de mi esposa y su mayor bienestar?

¿Es así como aman a sus esposas, queridos esposos? ¿Es así como ama a su esposa? Podrías decir: “Pero Art, tu sabes; esto es un poco irreal, ¿no crees? Quiero decir, lo más probable es que nunca tenga que morir por mi esposa” ¡O, claro que sí! Cada vez que su bien más grande requiera de tu parte una expresión de auto-negación, tendrás que morir por tu esposa. Verás, el amor conyugal es como la muerte: pide todo de nosotros. Reclama todo lo que somos. ¿Qué fue lo que dijo C. S. Lewis? “Nunca pensé que el amor pudiera doler tanto”
Esto es de lo que consiste el verdadero matrimonio, hermanos. No en entregar tu vida por tu esposa en un destello de gloria romántica, sino en el hacer morir todos los días, quizás cada hora, tus propios deseos, tus preferencias, tus placeres, de manera que puedas asegurar su bienestar supremo.
Hermanos, quiero decirles a partir de las luchas de mi propia alma, la cual a veces parece completamente incorregible: ¡el amor a uno mismo es difícil de matar! Y aunque hemos clavado una estaca a través de nuestros corazones, y pensado que la pelea se ha acabado, ¡de alguna manera el cadáver vuelve a la vida!
Alguien alguna vez dijo, pienso que acertadamente, que el problema en la mayoría de los matrimonios, es que tanto marido y mujer están enamorados del mismo hombre. Pienso que eso es verdad. 29

Amor exclusivo

Nuevamente, en Efesios 5:25 leemos:

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.

Cuando leemos las palabras de que Cristo amó “a la iglesia” y que dio su vida “por ella”, podemos notar que éste amor y sacrificio de Cristo es particular, limitado o exclusivo para la Iglesia solamente. El sacrificio expiatorio y eficaz de Cristo no fue en beneficio de todo el mundo, sino de aquellos a quienes Dios eligió amar de una manera particular desde la eternidad.

El amor particular y sacrificio exclusivo de Cristo por la Iglesia es el modelo para el amor particular y exclusivo de un hombre hacia una sola mujer: su esposa.

Si la responsabilidad del esposo cristiano es emular el amor sacrificial que Jesucristo tiene por Su Novia, y si éste amor sacrificial específico es exclusivo para ella solamente; esto significa que el esposo cristiano debe amar a su esposa de una manera en que él no ama a otra mujer. En otras palabras, el amor exclusivo de Jesucristo por la Iglesia es la base para un amor exclusivo del esposo dirigido hacia su mujer. Amigos míos, si pierden el enfoque particular del sacrificio de Jesucristo por la Iglesia entonces invalidad la base por la que un esposo amará a su esposo como a ningún otra mujer. Estas cosas van de la mano en este texto. 
¿Qué fue lo que dijimos sobre la sumisión? La Biblia no hace un llamado a todas las mujeres a someterse a todos los hombres cristianos, sino que llama a todas las mujeres cristianas a someterse a un solo hombre. Y el imperativo aquí no es el de que todos los hombres amen a todas las mujeres de ésta manera, sino el de que un hombre ame así a una mujer, y sólo a una mujer de ésta forma, y la base es el amor exclusivo que Jesús desplegó por Su Iglesia. Él la amó y se dio a Sí mismo por ella. 30

Amor inmerecido

La gloria del amor de Cristo por la Iglesia radica en que éste es un amor completa y totalmente inmerecido.

Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:6-8)
En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad. (Efesios 1:4b-5)
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. (1 Juan 4:10)

En otras palabras, no hubo nada por parte de la Iglesia que moviera el corazón del Padre para amarla ni al Hijo a entregar Su vida por ella. Este amor es completamente incondicional originado por la libre voluntad del Dios soberano. Así es el amor que el varón es llamado a emular.

Estoy tan agradecido ésta mañana que Jesucristo no nos haya amado por nuestro valor, por nuestra justicia, por nuestra belleza, por nuestro intelecto, por nuestro poder, por nuestra personalidad. Es un amor no merecido. Y no sé ustedes, pero yo encuentro un gran consuelo de este hecho.
Ahora, ¿por qué recalcar esto de la manera en que lo he hecho? Porque la verdad del asunto es que muchas veces los esposos cristianos usarán las imperfecciones de sus esposas para justificar la pequeñez de su amor. Utilizarán las imperfecciones de sus esposas para legitimar y para excusar la pequeñez de su amor.
C. S. Lewis dice: “El esposo es la cabeza de la mujer en la misma medida en la que él es a ella lo que Cristo es a la Iglesia. Él debe amarla como Cristo a amado a la Iglesia. Este liderazgo entonces, es encarnado más plenamente, no en el esposo que todos debiéramos desear ser; sino en aquel cuyo matrimonio se parece más a una crucifixión. Cuya esposa recibe mucho y da nada, es completamente indigna de él, es en nuestra propia naturaleza menos digna de amor”. Lewis está diciendo: ¿Quieres hablas sobre amar a tu esposa como Cristo ha amado la Iglesia? ¡Encuentra al hombre que está casado con la mujer menos digna de amor! ¡Cuyo matrimonio es lo más cercano a una crucifixión! Y entonces puedes empezar a hablar sobre amar a tu esposa como Cristo amó la Iglesia.
“Pero, tu sabes, su figura no es lo que era hace cinco años”. 
“No es tan bonita como una vez lo fue”. 
“Yo no planeé una enfermedad crónica y todas las limitaciones que vendrían con ella”. 
“No me di cuenta lo difícil que sería vivir con ella”. 
“No es la mejor ama de casa”. 
“No es particularmente una buena cocinera”. 
“Ella no disfruta las cosas que yo disfruto, ni busca las cosas que yo busco. Puede llegar a ser tan absorta en sí misma”. 
¿Cuál es la implicación? Que hay una justificación para echarnos un poco hacia atrás. ¡Ella no se merece mi amor!
¿Saben un cosa, hermanos? Estoy seguro que no lo merece. Pero eso no es lo que está en discusión aquí. Esto no es lo que juramos en nuestros votos. Nosotros juramos amar como Cristo amó a la Iglesia, lo cual significa que amar a tu esposa no se trata de amarla como santa, sino de amarla como pecadora, como un ser humano caído.
Están casados a una mujer que está caída en Adán. Pero queridos hermanos, si seguimos esta analogía lo suficiente, ¿qué descubrimos? ¡Que su pecado es exactamente la oportunidad de ministrarle gracia y perdón! Sus imperfecciones son precisamente las cosas que deben disparar tu amor, al igual que lo hizo de parte de Jesús hacia la Iglesia. ¡Fue el reconocimiento de su necesidad, su estado caído que hizo emanar la demostración de Su amor!
Más que excusar la pequeñez de tu amor, las imperfecciones de tu esposa deben dispararlo. Ése es el momento de amar, hermanos. Incluso los paganos aman en el contexto de la perfección. Es en el contexto de la caída y del pecado que el amor cristiano se ve como algo que es de otro mundo. 31

Amor embellecedor

Finalmente, el texto de Efesios señala que:

Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.

Esto significa que el amor por nuestra esposa debe estar dirigido a hacer de ella una mujer más santa y piadosa que cuando la recibimos en el altar. Si bien ella es un ser humano responsable delante de Dios por su fe, nuestro liderazgo implica la responsabilidad de amar y sacrificarse pensando siempre en el mayor bien de ella, que por supuesto es crecer y madurar en la fe.

¿Has sido un instrumento en la mano de Dios para embellecer a tu esposa? ¿Es tu esposa más semejante a Jesucristo el día de hoy debido a ti o a pesar de ti? ¿Ha contribuido tu piedad personal a la de ella? ¿Has asumido tu responsabilidad de hacerla más bella espiritualmente? Tus elecciones, decisiones y dirección, ¿han fomentado su creciente belleza espiritual o la han comprometido? ¿Está el aroma del Evangelio permeando tu hogar junto con todos sus efectos purificadores debido a tu influencia directa? Tú querido hermano, eres el pastor de tu hogar y tu esposa es el primer miembro de tu congregación. 32

En conclusión

Estoy seguro que muchos de nosotros en alguna ocasión hemos bromeado diciendo que nuestra esposa es “la cruz que Dios nos ha dado a cargar”. A la vista de todo lo que hemos meditado, quizás ahora estas palabras puedan para nosotros encerrar un significado mucho más profundo, que honre y dignifique a nuestras esposas y le dé la gloria a Dios. En cierto sentido, estas palabras son verdad pues hemos sido llamados a tener un profundo y único amor hacia ella, a sacrificarnos y a morir por nuestras esposas, para poder hacer de ellas espiritualmente más hermosas que antes. 

Para meditar: Cuando piensas en el liderazgo que se te ha conferido, ¿te sientes con el derecho a mandar, o te ves cómo alguien responsable delante de Dios, a quien has de rendir cuentas por la autoridad que Él ha depositado en ti?

¿Demuestras iniciativa en tu hogar y con tu familia, o continuamente tu esposa te tiene que estar recordando que tú eres el líder en tu matrimonio?

¿Has permitido que tu esposa vaya delante de ti en tu matrimonio, delegándole la autoridad y responsabilidad que te corresponde en el orden establecido por Dios? ¿En qué áreas de tu vida (financiera, crianza y disciplina de los hijos, conocimiento bíblico, devocional familiar, etc.) es así?

¿Sacrificas continuamente tu comodidad e intereses personales (deportes, amistades, aficiones, gustos y preferencias personales) por el bienestar de tu esposa?

¿Amas a tu esposa con un amor exclusivo, o tus hijos, padres o hermanos compiten en tus afectos con el amor hacia ella? ¿Eres fiel a tu esposa en la forma en que te relacionas con otras mujeres y en las cosas que miras?

¿Permites que las imperfecciones y pecados de tu mujer disminuyan el amor que sientes por tu esposa? Cuando tu esposa es culpable de una ofensa contra ti, ¿le haces la ley del hielo y esperas a que ella te pida perdón, o acudes a ella en busca de la reconciliación?

¿Es tu esposa más madura en la fe y piadosa gracias a ti o a pesar de ti?

Recuerda, ser un verdadero hombre significa ser responsable de todas estas cosas.

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20. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 70.

21. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 57.

22. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 75.

23. Ibíd., pg. 76.

24. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 1”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility of the Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

25. Arturo Azurdia. Sermón “Wives: The Response of the Church – Part 3” de la serie The Holy Responsibility Of The Christian Family. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

26. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 1”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

27. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 76.

28. Kent Hughes. Las Disciplinas de un Hombre Piadoso, págs. 38 y 39.

29. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 2”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

30. Ibíd.

31. Arturo Azurdia. “Husbands: The Romance Of Jesus Christ – Part 3”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com


lunes, 16 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 3)

3. Lo que "liderazgo" y "autoridad" no significa


Como analizamos en la entrada anterior, el texto bíblico de Efesios 5:23 enseña que el varón es “cabeza” de su mujer:

Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo.

Esto es así porque el matrimonio fue creado por Dios con un propósito principal en mente: manifestar la gloria y belleza de la relación de Cristo con Su pueblo que es la Iglesia. Por ello, tanto al hombre como a la mujer se les han asignado roles complementarios dentro del matrimonio. En el caso del varón, el orden creado por Dios es el de ser cabeza de su esposa, lo que involucra principalmente el liderazgo y autoridad del hogar.

Antes de proceder a analizar el significado y naturaleza de este liderazgo, considero que es necesario discutir primero, aunque sea de manera breve; lo que la Biblia NO quiere dar a entender con liderazgo y autoridad. 

Debido a todos los conceptos erróneos de nuestra cultura sobre la masculinidad, es de vital importancia entender que el concepto bíblico de ser cabeza de la mujer no significa que el hombre es superior a la mujer, o que la opinión del varón es más valiosa que la opinión de la mujer, ni que su punto de vista es el único que se debe tomar en cuenta al momento de tomar decisiones. Es decir, la autoridad que Dios le ha dado al varón en su rol de cabeza no le da derecho de reprimir la voz de su mujer. En palabras del pastor Mark Driscoll, el liderazgo del varón:

No significa que el esposo sea la autoridad definitiva… Tampoco significa que una esposa no puede tener pensamientos independientes ni pueda tratar de influir en su esposo, que deba obedecer una orden de él para pecar, o que ella sea menos inteligente o competente que su marido.17

Es decir:

El liderazgo no da derecho a controlar, a abusar o a descuidar. 18 

El pastor Azurdia lo expone con todavía mayor claridad:

Al esposo nunca se le ha dado el derecho de asaltar a su esposa con el garrote de Efesios 5:22. Este versículo dice: “esposas, sométanse a sus esposos”, no “esposas, sean sometidas por sus esposos”. Ésta no es una licencia dada al esposo para quebrantar la voluntad de su esposa o reducirla a una subordinación servil.
Nunca se debe pensar que la sumisión de la esposa cristiana incluye la represión de su opinión, de su perspectiva o una negación de sus sentimientos. Ella al igual que su esposo es una portadora de la imagen del Dios vivo. Ella junto a su esposo es una coheredera del don de gracia de la vida eterna. Ella es una creyente plena del nuevo pacto habitada por el Espíritu de Dios… Si el marido entonces, tiene cierta medida de inteligencia… buscará tener cerca de él a su esposa y hacerla su consejera más confiada. Él no debe ser un autócrata que en la apariencia de masculinidad busca mantener a su esposa a la distancia. 
La verdad del asunto es que muchas veces, debido a que los maridos inseguros se ven intimidados por la esposa más competente, son rápidos en desenfundar la daga de Efesios 5:22 para silenciar a sus esposas. Pero Efesios no permite nada de eso. Un esposo prudente buscará la sabiduría de su esposa, su perspectiva, su experiencia, sus sentimientos, porque después de todo, como veremos; todo sobre su liderazgo está enlazado con asegurar el bien más grande de ella. 19

Al escuchar estas palabras del pastor Azurdia, he podido recordar algo que más de una vez he escuchado decir a un varón: que nuestras esposas no deben enterarse nunca de lo que acontece o se dice en las reuniones de liderazgo donde participan los varones (llámese junta de ancianos, reuniones de negocios, junta consistorial o junta directiva). Al reflexionar sobre tal afirmación, no puedo evitar preguntarme que piensan o creen esos hermanos de sus esposas. 

Por supuesto, no estoy insinuando que las esposas se deben enterar completamente de todo lo que se dijo y aconteció en dicha clase de reuniones. Es posible compartir sabiamente algo sin la necesidad de revelar cada detalle o de perder la confidencialidad de ciertos asuntos. Incluso puedo afirmar que hay cosas de las que nuestras esposas no necesitan enterarse. Lo que más bien estoy señalando como equivocado es el espíritu de tal afirmación. A menos que estemos dispuestos a afirmar que siempre somos completamente imparciales y objetivos en todas nuestras decisiones (lo que la doctrina de la depravación humana y del pecado remanente no nos permite creer), no podemos negar que siempre necesitaremos valorar la opinión de la persona que mejor nos conoce, que es nuestra esposa; claro está, al menos que para nosotros ella no sea alguien en la que podamos confiar.

En resumen, el liderazgo y la autoridad del varón no implican una superioridad inherente por parte del hombre sobre la mujer. Tampoco significa que la opinión de la esposa pueda ser ignorada en las decisiones que conciernen al hogar y a la educación de los hijos. A continuación se discutirá lo que éste liderazgo significa.


17. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 56.

18. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español) pg. 70.

19. Arturo Azurdia. “Wives: The Response Of The Church – Part 1” Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com


miércoles, 11 de septiembre de 2013

El cristiano y el suicidio

Hace algunos años, escribí una entrada en el blog titulada "Pensamientos acerca del suicidio". En esta entrada (que por alguna razón es una de las más visitadas del blog) comparto mis reflexiones acerca de lo que pienso en relación al tema del suicidio y sobre si es posible que un creyente verdadero pudiera llegar a cometerlo.

En los últimos meses, el blog del sitio en español de la Coalición por el Evangelio ha compartido un par de entradas sobre el mismo tema. Éstas son:

"¿Puede un cristiano cometer suicidio?" del pastor Miguel Núñez


Comparto estos enlaces esperando que puedan servir para seguir reflexionando todavía más en el asunto.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Masculinidad Bíblica: Implicaciones Prácticas del Liderazgo (Parte 2)

2. El fundamento bíblico: La gloria de Dios y la distinción de roles en el matrimonio


Para hablar apropiadamente del verdadero significado de la masculinidad y de sus implicaciones prácticas en el matrimonio y la familia, es necesario asentar primero los fundamentos bíblicos que dan sustento a esta enseñanza. Tenemos que iniciar acudiendo al centro y razón de todo lo que existe. 

El propósito final de la creación: La gloria de Dios

Es por ello que tenemos que iniciar primero con Dios. Podría parecer extraño que en un estudio acerca del hombre y la masculinidad, se pretenda iniciar hablando de Dios. Sin embargo, no debemos olvidar que la razón de todo lo que existe es la voluntad de Dios y todo adquiere su verdadero significado desde la perspectiva del Creador. En otras palabras:

Cuando Dios es el sol refulgente en el centro de su sistema solar, todos los planetas de su vida toman su órbita adecuada. 3

El primer aspecto que se debe considerar es el hecho de que Dios creó todo lo que existe para ser una manifestación de Su propia gloria y excelencia. La Biblia dice:
Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmo 19:1)
Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. (Romanos 1:20)

El apóstol Pablo señala el propósito de la creación de todo el universo de la siguiente manera:

Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén (Romanos 11:36)

Todas las cosas son de Él y existen por Él y para Él. A éste respecto, El Dr. Wayne Grudem explica:

La creación entera tiene el propósito de mostrar la gloria de Dios. Incluso la creación inanimada –las estrellas, el sol, la luna en el firmamento- testifica la grandeza de Dios. 4

Todo lo que existe, en el propósito original de Dios; es para glorificarle y hacer conocer la grandeza de Su nombre. Tanto los grandes astros en el firmamento como las más pequeñas partículas subatómicas, los ángeles y los demonios, el cielo y el infierno, todo fue creado para manifestar la gloria de Dios, de un modo u otro.

La existencia del ser humano en este mundo no escapa a este sublime propósito de Dios. El Catecismo Menor de Westminster declara que “El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre”. Cuando el Catecismo habla de que “el fin principal” del ser humano es “glorificar a Dios”, también encierra la idea de que el propósito último para el cual el hombre fue creado es para ser una expresión de la gloria de su Creador. Cada aspecto de lo que significa ser humano sirve para manifestar la gloria de Dios. Incluyendo, como veremos en un momento; la realidad del matrimonio y la distinción de entre hombre y mujer.

Ya que el matrimonio es la creación de Dios, comparte algo de gran importancia con cada otra cosa creada, lo cual es: éste básicamente existe para Dios y Su gloria. Y mientras no seamos sacudidos por esta verdad, seremos idólatras en nuestras actitudes hacia la familia. 5

El hombre como portador de la imagen de Dios 

Según la Biblia, es la raza humana la que fue creada por Dios para manifestar Su gloria de una forma especial, de manera en que ninguna otra cosa hecha lo puede hacer. De entre todo lo creado en el universo, Dios quiso que el ser humano recibiera la dignidad especial de ser portador de Su imagen (Génesis 1:26). Según la Biblia, es la raza humana que de una forma especial fue formada por Dios para manifestar Su gloria, de maneras en que ninguna otra cosa creada puede hacer. De ninguna otra creatura o ser viviente se dice en la Biblia que fue creado a imagen de Dios.

De nuevo, el Dr. Grudem nos ayuda a entender de manera sencilla lo que significa la imagen de Dios en el hombre (énfasis mío):

El hecho de que el hombre es imagen de Dios quiere decir que el hombre se parece a Dios y representa a Dios. 5 

En otras palabras, el hombre fue creado a imagen de Dios para darle gloria al representarle a través de diferentes aspectos de su existencia.

Si profundizamos un poco más, nos daremos cuenta que la Biblia enseña que la manifestación de la imagen de Dios en el ser humano está relacionada con el haber sido creado como varón y mujer. La distinción entre varón y hembra en la creación del hombre es parte importante de lo que significa que el ser humano fue hecho a imagen de Dios:

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó (Génesis 1:27; cf. Génesis 5:1, 2).

Este versículo implica que el que seamos hombre y mujer no es meramente el producto de un proceso evolutivo al azar, en el que el ser sexuado permitió la reproducción y subsistencia de nuestra especie. El texto bíblico señala expresamente que a la condición humana le pertenece, por voluntad de Dios, el ser sexuado (cf. Mateo 19:4). El ser varón y mujer es el orden establecido por Dios en la creación, por lo cual tiene un propósito y una razón de ser.

Dios concibió la diferencia de sexo entre el varón y la mujer no sólo con el objeto de proveer un medio de reproducción para la raza humana, sino con un propósito mucho más elevado y sublime. Él estableció la distinción entre hombre y mujer como una forma especial de manifestar Su gloria en la creación.


Comprender esto es de lo más importante para un entendimiento verdaderamente bíblico de la masculinidad (y por supuesto, de la femineidad). La distinción entre varón y mujer en nuestra especie es una forma en que el ser humano manifiesta la imagen de Dios y una manera de desplegar Su gloria. 




Primera implicación: la igualdad entre hombre y mujer

El hecho de que tanto el hombre como la mujer hayan sido hechos a imagen de Dios, implica que ambos son iguales en dignidad delante de Su creador.

Dios creó a los hombres y a las mujeres para que fueran iguales en importancia y personalidad… Los hombres y las mujeres están hechos por igual a imagen de Dios, y ambos reflejan en su vida el carácter de Dios. 6

Aquí tenemos la primera implicación práctica sobre la masculinidad. Desde la perspectiva bíblica, ser varón no implica ninguna superioridad en capacidades intelectuales o morales respecto a la mujer. Ambos son portadores de la imagen de Dios e igualmente valiosos para Él.

Pero si fuimos hechos por igual a imagen de Dios, podemos decir con certeza que los hombres y las mujeres son igualmente importantes para Dios e igualmente valiosos para él. Tenemos igual valía ante él por toda la eternidad. [Este] hecho… debería excluir todo sentimiento de orgullo e inferioridad, así como cualquier idea de que un sexo es “mejor” o “peor” que el otro. 7

Aunque parece obvio, es algo que se debe resaltar. Las mentiras del machismo y la superioridad del hombre están demasiado arraigadas en nuestra cultura. Como varón, ¿te sientes más capaz que tu mujer? ¿Alguna vez has hecho alguna broma que degrade a la mujer como un ser inferior? A la luz de la Palabra, debemos renovar nuestro pensamiento como el Dr. Grudem señala:

Ningún hombre debería sentirse ni orgulloso ni superior por ser hombre, y ninguna mujer debería sentirse desilusionada ni inferior porque sea mujer. Si Dios piensa que los hombres y las mujeres somos de igual valor, eso resuelve la cuestión, porque la evaluación de Dios es la norma verdadera de valor personal por toda la eternidad. 8

Si es necesario, pídale perdón a Dios por su equivocada manera de pensar. Pida también perdón a su esposa por alguna vez hablar o actuar de alguna manera que implique la menor valía de ella.

Segunda implicación: Diferencias en funciones

Si bien el hombre y la mujer son iguales en dignidad y valor delante de Dios, la Biblia también señala que existe una diferencia de funciones entre hombre y mujer. En el relato de la creación, leemos las siguientes palabras que provienen de Dios:

Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. (Génesis 2:18).

La realidad es que en nuestra cultura evangélica hemos devaluado el significado de estas palabras de “ayuda idónea” (literalmente, que le corresponda), atribuyéndole el significado romántico y casi cursi de que la mujer es nuestra “media naranja” o que “era la mujer ideal que Dios tenía preparada para mí”. Pero lo cierto es que esta frase contiene un significado teológico y práctico mucho más profundo que eso. La siguiente explicación del pastor Arturo Azurdia es más que ilustradora:

Note que la poesía de Adán captura tanto la igualdad como lo distintivo de Eva. Dos cosas que hacen del matrimonio una cosa maravillosa: su igualdad y su diferencia. Él le da la bienvenida como “hueso de mis huesos y carne de mi carne”. En otras palabras: “ella es mi igual, mi equivalente, mi compañera, ella es mi propia carne, Dios la creó de mi costilla, lo que significa: ¡vamos de la mano!” Con todo, además de reconocer su igualdad, Adán también ejerció su prerrogativa dada por Dios de nombrarla: “será llamada mujer”. Dios no le dijo a Eva quién era ella en relación con Adán. Él permitió a Adán definir a Eva manteniendo la intención de Dios de que Adán ejerciera una autoridad funcional sobre ella. Así que pueden ver, está esta igualdad de valor pero distinción en función.
Amados, esto no es sólo la imaginación poética de Adán. Estas mismas ideas están inherentes en las palabras que Dios mismo habló anteriormente: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea para él”. La palabra idónea aquí significa: corresponderse, estar cara a cara con, por lo que resalta la igualdad. Adán y Eva son espiritualmente iguales delante del Dios vivo, Eva es una portadora de la imagen del Dios vivo tanto como lo es Adán. Ella está “cara a cara” con Adán. Aun así su distinción en función se hace evidente por el hecho de que ella es creada para ser la ayuda de Adán.
Pueden ver, amados, que la igualdad de valor no es sinónimo de igualdad de función. Eva fue creada de Adán (resaltando su igualdad con él), con todo se nos dice que ella fue creada para Adán (resaltando su función definida en relación a él). Amados, Dios no hace las cosas sin razón alguna. Dios no hizo tanto a Adán como a Eva del polvo de la tierra al mismo tiempo sin distinción. Tampoco Dios hizo a la mujer primero y luego al hombre de la mujer, para la mujer. El hombre no fue creado para ayudar al hombre, sino lo contrario. 10

Dios creó al hombre y a la mujer iguales, pero con una distinción de roles, particularmente en el matrimonio. Esta distinción entre ambos es un reflejo de la persona de Dios y por lo tanto le glorifica. Como ya se mencionó, el propósito por el que Dios estableció el matrimonio como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer va más allá del hecho de asegurar la reproducción y subsistencia de la especie. Más bien, Dios decidió establecer en el orden perfecto de la creación la unión entre un hombre y una mujer (Génesis 2:24), para que el matrimonio fuera una manifestación especial de Su propia gloria.

La Escritura es clara y específica al enseñar que el matrimonio es una representación del amor del pacto establecido entre Dios y Su pueblo (en el Antiguo Testamento) y de manera más específica entre Cristo y la Iglesia (en el Nuevo Testamento). La base bíblica para afirmar esto se encuentra en Efesios 5:31-32:

Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia.

 Al respecto de este texto bíblico, el pastor John Piper comenta (énfasis del autor):

De modo que el matrimonio es como una metáfora, una imagen, un retrato, una parábola o un modelo que representa algo más que un hombre y una mujer llegando a ser una sola carne. Representa la relación entre Cristo y la Iglesia. Ese es el significado más profundo del matrimonio. Está destinado a ser un drama viviente del amor fiel al pacto entre Cristo y la Iglesia.
El matrimonio es, en su significado más profundo, una copia de Cristo y la Iglesia. Si quiere entender el significado de Dios para el matrimonio, tiene que comprender que estamos tratando con una copia del original, una metáfora de una realidad mayor, una parábola de una verdad más profunda. El original, la realidad y la verdad se refieren al matrimonio de Dios con su pueblo, o ahora, en el Nuevo Testamento, lo vemos como el matrimonio de Cristo con la Iglesia. La copia, la metáfora y la parábola se refieren al matrimonio humano entre el esposo y la esposa. 10

La enseñanza de la Escritura es que en el matrimonio, los roles que el varón y la mujer llevan a cabo son distintos y complementarios. ¿Cuáles son esos roles complementarios que se le han dado al varón y a la mujer en el matrimonio? El texto bíblico de Efesios nos lo enseña:

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:22-25).

El apóstol Pablo claramente nos presenta una comparación entre la relación del varón con la mujer y la relación de Cristo con la Iglesia. En otras palabras:

A los esposos se les compara con Cristo y a las esposas con la Iglesia. A los esposos se los compara con la cabeza y a las esposas con el cuerpo. A los esposos se les ordena amar como Cristo amó; a las esposas se les ordena someterse como la Iglesia debe someterse a Cristo. 4

Lo que esto significa es que las funciones del esposo y la esposa en el matrimonio están arraigados en los roles característicos de Cristo y su Iglesia, ya que Dios eligió que el matrimonio fuera una representación terrenal de la gloria de la relación entre Cristo y Su Iglesia.

La función asignada al varón

En resumen, la enseñanza bíblica que hemos analizado tiene al menos dos implicaciones. La primera es que, al ser ambos portadores de la imagen de Dios, tanto el hombre y la mujer son iguales ante Su creador en dignidad y honra.

La segunda implicación es que, con respecto al orden establecido por Dios mismo en la creación, el hombre y la mujer (especialmente en el matrimonio) fueron creados para representar de manera diferente la relación entre Cristo y la Iglesia. En pocas palabras, el esposo y la esposa son iguales pero tienen papeles complementarios

El texto de Efesios que estamos analizando nos enseña que en particular; a los varones se les ha asignado un rol y un deber: el hombre en el matrimonio tiene el rol de “cabeza de la mujer” y el deber de amar a su mujer “como Cristo amó a la iglesia”. Pero, ¿qué significa que el hombre sea “cabeza de la mujer”?

Con respecto al papel del varón, entendemos que ser cabeza en el versículo de Efesios  implica una responsabilidad única de liderazgo y autoridad. A continuación consideramos algunos argumentos del contexto bíblico amplio e inmediato.*

Primero, en un contexto amplio, el término cabeza es utilizado en el Antiguo Testamento para referirse a quienes eran identificado como líderes, como por ejemplo en Jueces 11:11, 2 Samuel 22:44 e Isaías 7:8.

Segundo, en el contexto inmediato de Efesios, leemos:

El cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo. (Efesios 1:21-23).

El enfoque de esta porción de la Escritura está puesto en el dominio y la autoridad de Cristo cuando a Él se lo llama cabeza de la Iglesia. De aquí que podamos tomar la siguiente definición

Ser cabeza es el llamado divino del esposo para asumir la responsabilidad principal del liderazgo de servicio, protección y provisión en el hogar, a semejanza de Cristo. 13

La definición anterior, como explica Piper; apunta a la idea de que la masculinidad bíblica implica (entre otras cosas) asumir el liderazgo del hogar. Liderazgo que se expresa principalmente en las facetas de protección y provisión de la esposa y los hijos. El pastor Arturo Azurdia lo explica de la siguiente manera:

Pablo le asigna al hombre en esta relación de pacto el rol de cabeza. No lo desarrolla. No lo elabora. Lo presupone sobre la base de lo que la Biblia dice en otras partes –notablemente Génesis 2-: Está enraizado en el diseño creado por Dios. Y lo que Pablo quiere que entendamos es que bajo el Evangelio, el diseño original creado por Dios no se invalida, no se re-define, más bien se re-establece. Un esposo cristiano ha sido investido con una autoridad ordenada por Dios. Él debe liderar. Él debe proveer dirección. El peso de la responsabilidad de la familia es suyo de una manera que es único para él como cabeza. 14

La definición de Piper señala también que la verdadera masculinidad sigue el modelo perfecto establecido por Cristo: 

De modo que en el matrimonio el esposo debe tomar el ejemplo único de Jesús en su relación con la Iglesia. Entiendo que esto significa que el esposo lleva a cuestas una responsabilidad única del liderazgo en el matrimonio. 15

En otras palabras, el hombre “está llamado a liderar como Jesús” 16.

¿Cuáles son las implicaciones positivas y prácticas de ser llamado cabeza –de ser el líder en la protección y provisión del hogar- que le dan al hombre su rol singular en el matrimonio? ¿Qué significa cumplir con el deber que se nos ha asignado de amar a nuestras esposas como Cristo amó a la Iglesia?

Para dar respuesta a estas preguntas, necesitamos analizar con más detalle la naturaleza y significado de este liderazgo

En las siguientes entradas discutiremos acerca de ello.

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* Un análisis completo del significado de cabeza como liderazgo y autoridad está más allá del objetivo y alcance de este breve estudio. Para un análisis y defensa bíblico detallado se recomienda consultar el libro del Dr. Wayne Grudem Doctrina Bíblica, en las páginas 202 a 207.

3. John Piper. Seeing and Savoring Jesus Christ, p.21.

4. Wayne Grudem. Doctrina Bíblica: Enseñanzas Esenciales de la Fe Cristiana (Miami, Florida: Zondervan Corp.), pg. 130.

5. Arturo Azurdia. “The Holy Dignity Of The Christian Family”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

6. Wayne Grudem. Doctrina Bíblica: Enseñanzas Esenciales de la Fe Cristiana (Miami, Florida: Zondervan Corp.), pg. 189.

7. Ibíd., pg. 200.

8. Ibíd., pg. 200.

9. Ibíd., pg. 200.

10. Arturo Azurdia. “The Holy Dignity Of The Christian Family”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

11. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español) págs. 65 y 66.

12. Ibíd., pg. 67.

13. Ibíd., pg. 75.

12. Arturo Azurdia. “Wives: The Response Of The Church – Part 3”. Sermón de la serie “The Holy Responsibility Of The Christian Family”. Descargable en spiritempoweredpreaching.com

13. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español), pg. 75.

14. Ibíd., pg. 62

15. Mark Driscoll. Matrimonio Real. (Nashville, E.U.A: Grupo Nelson Inc.), pg. 56.

16. John Piper. Pacto matrimonial: Perspectiva temporal y eterna (Wheaton, E.U.A: Tyndale Español) pg. 70.


Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios. Hebreos 6:7