martes, 20 de abril de 2010

El remedio para los deseos de vengaza

Al ver los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá José guarde rencor contra nosotros, y de cierto nos devuelva todo el mal que le hicimos. Entonces enviaron un mensaje a José, diciendo: Tu padre mandó antes de morir, diciendo: "Así diréis a José: 'Te ruego que perdones la maldad de tus hermanos y su pecado, porque ellos te trataron mal.'" Y ahora, te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró cuando le hablaron. Entonces sus hermanos vinieron también y se postraron delante de él, y dijeron: He aquí, somos tus siervos. Pero José les dijo: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente. Ahora pues, no temáis; yo proveeré por vosotros y por vuestros hijos. Y los consoló y les habló cariñosamente. Génesis 50:15-21 BLA (cursivas mías).

Este pasaje nos enseña que entender y confiar en la soberanía de Dios es el mejor remedio para los deseos de venganza. La historia de José nos muestra que, cuando reconocemos que Dios tiene el control de todo, y que al final, todo lo que nos acontece es producto de Su voluntad, entonces podemos soportar y perdonar todo el mal que alguien nos haga. José le dejó todo a Dios. ¿Lo harás tú? ¿Lo haré yo?

Señor, te ruego que mi corazón sea transformado por tu soberanía, siguiendo el ejemplo de José, un tipo de Jesucristo, para llegar a estar confiado y seguro en Tu soberanía. Amén.

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Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios. Hebreos 6:7